domingo, 6 de marzo de 2011

Santiago Cervera: “Conozco mejor la auténtica agenda social utilizando Twitter que leyendo un periódico”

El presidente del PP navarro, que participa en la mesa redonda “Políticos en 140 caracteres”, nos cuenta su experiencia personal y política con Twitter

Al entrar, el presidente del Partido Popular navarro, Santiago Cervera, apaga su iPad, donde acaba de tuitear que va a concedernos una entrevista. El diputado es uno de los ponentes del XII Congreso de Periodismo Digital en la mesa redonda “Políticos en 140 caracteres”.

Será la segunda ocasión en la que visite Huesca para debatir, junto con otras personalidades políticas de primera línea, los cambios que han provocado las redes sociales en la forma de comunicación entre ciudadano y político. “Le tengo mucho aprecio a este Congreso. Es un honor para mí estar ahí”.

¿No se le quedan cortos los famosos ciento cuarenta caracteres?
Para nada. “Tuit” en inglés lo traduciríamos como “gorjeo”. Un gorjeo no es algo que se escucha de lejos porque tenga amplitud sonora, sino porque tiene agudeza. Esta es la explicación semántica de Twitter: tú puedes hablar de cosas muy relevantes utilizando pocas palabras. Aunque requiere, por eso mismo, utilizarlo con mucha inteligencia. Además también se han de incorporar ciertas características propias del código. Hay que tuitear con una actitud de apertura y con un cierto sentido del humor. Creo que Twitter es un diálogo empático en la mayoría de las ocasiones.

Entonces, ¿usted no es de los que cree que Twitter resta profundidad al mensaje?
El otro día leí algo así como que “Facebook es una herramienta inteligente para gente simple y Twitter es una herramienta simple para gente inteligente”. A mí Twitter me gusta más porque es mucho más directo, no hace falta agregar amigos, todo el mundo puede seguirte y tú puedes hacer lo mismo. El otro día la directora de internacionalización de Twitter nos dijo en el Congreso que esta herramienta no es una red social, sino un medio de comunicación. Estoy de acuerdo. A mí, desde luego, es lo que más me atrae de Twitter.

Sus tuits están plagados de menciones a personas que le preguntan sobre cualquier tema de actualidad o su punto de vista sobre una cuestión concreta.
El valor que tienen para mí las redes sociales es infinito, tanto desde el punto de vista político como del personal. Por eso procuro, en la medida de lo posible, contestar cuando se me pregunta o plantea algo. Eso sí, siempre y cuando entienda que esa conversación va a suponer un diálogo productivo. Lo que no hago es contestar a gente que parece que tiene como único cometido el ofenderte o intentar atacarte.

Quizá ese sea uno de los problemas que tiene Internet: que mediante el anonimato se viertan opiniones sin consecuencias aparentes.
Yo esto lo veo más como una molestia que como un problema. Los que intentan molestarme o crisparme, como soy capaz de diagnosticar este tipo de actitudes, me limito a obviarlos.

¿Qué opina sobre los políticos que tienen una cuenta de Twitter que, teóricamente, es personal y que, sin embargo, la dirigen grupos de trabajo del partido?
Me parece que es una opción legítima. Y además, hay gente que lo hace muy bien utilizando este tipo de recursos. Esta, no obstante, no es la opción que yo he elegido. Tengo como norma ser yo quien actúa. Y, de hecho, lo llevo conmigo en todo momento a través del iPad o del teléfono. En cualquier caso, me parece una opción aceptable que haya políticos que tengan equipos que trabajen sus identidad personales. Aunque yo haya elegido el contacto personal directo.

Pero se han dado casos en los que se han levantado polémicas muy fuertes…
Se supone que los grupos de trabajo en política tienen que estar alineados con la personalidad en cuestión. Como también se hacía y se hace con las notas de prensa o las declaraciones a través de los grupos de trabajo. Es perfectamente legítimo. Y no lo categorizaría como una buena o mala práctica. Lo importante es que haya un canal de acceso y la posibilidad de que cualquiera pueda mandar un comentario a quien crea conveniente.

En cualquier caso, parece que el uso de Twitter se está generalizando entre los que se dedican a la política.
La accesibilidad es básica. Y es una de las claves de nuestro trabajo. Entiendo la accesibilidad no sólo como que me puedan parar por la calle para preguntarme algo, sino que también lo puedan hacer en cualquier momento a través de Internet. Esto es algo muy productivo. Me llegan constantemente cosas, hay gente que me plantea asuntos en cualquier momento…

Aunque esto también puede convertirse en un problema: la saturación de información.
Es cierto. Hay momentos en los que ando peor de tiempo y se me junta con una sobredosis de información. Cuantos más canales abres, más tienes que atenderlos. Te llegan mil cosas de decenas de sitios distintos. Pero intento aprovechar al máximo el tiempo que tengo. Con los dispositivos de movilidad actuales puedo hablar con la gente, por ejemplo, cuando estoy esperando en el aeropuerto o en cualquier momento que tengo libre.

Habla de accesibilidad. Pero, lógicamente, existen muchísimas personas, sobre todo de mayor edad, que no han utilizado un ordenador nunca. Ya no hablemos de Internet.
Sí, aunque creo que la brecha de edad cada vez es menor. Hay muchas personas mayores que están empezando a acceder a Internet. Todo está interactuando ahora mismo: lo que pasa en las redes sociales es porque ha pasado en la sociedad y acaba reflejándose en los medios tradicionales. Esto es como una rueda. Hemos puesto un engranaje dentro de todo el conjunto.

Un engranaje realmente poderoso.
Sobre todo porque lo mueve directamente la gente, no lo mueven las empresas, ni las líneas editoriales periodísticas. Por eso las redes sociales están cambiando toda la dinámica de la sociedad. Lo estamos viendo, por ejemplo, en el Norte de África, donde han sido las herramientas principales para movilizar a la gente.

Como dice, parece que las formas tradicionales de movilización o de expresión de una opinión han cambiado.
Ahora mismo la agenda social la marcan realmente los ciudadanos. Para mí Twitter es la primera fuente de información para enterarme de lo que está ocurriendo antes que cualquier medio de comunicación tradicional. Echando un vistazo a Twitter puedo conocer la auténtica agenda social en cualquier momento, mucho más que leyendo un periódico.

¿Cree usted entonces que los medios tradicionales pierden su posición privilegiada de cauce de comunicación principal entre ciudadano y político?
Los medios tradicionales tienen su sitio. Están, de hecho, en un proceso en el que van a tener que redefinirse. Van a seguir teniendo una presencia social importante y seguirán siendo líderes de opinión. Pero ahora hay noticias que llegan antes por Twitter que por un teletipo. Twitter te da ahora mismo lo que realmente le importa a la gente.

¿Le siguen más personas afines a su ideología o hay de todo?
No tengo hecho un análisis pormenorizado. Pero creo que mis seguidores son bastante diversos. Geográficamente sí que puedo decir que me sigue mucha más gente que vive fuera de Navarra, aunque también me siguen muchos navarros. Pero en cuanto a la ideología, hay variedad.

¿En su Twitter expresa su opinión o está de alguna manera “limitado” por la visión del partido?
Suelo decir que a políticos y periodistas en Twitter nos pasan cosas similares. Yo soy un político que pertenece a un partido. Y los periodistas pertenecen a un medio de comunicación, a una empresa. Pero estamos viviendo una tendencia en la que cada vez importa más la marca “persona” que la marca “corporación”. Una opinión mía no es necesariamente la opinión del partido. Igual que ahora lo que pueda decir un periodista tiende a interpretarse más desde un sello personal que desde la línea editorial para la que trabaja. Es un fenómeno reciente, que todavía no está muy claro y del que todavía no conocemos dónde está el límite.

Últimamente en medios tradicionales aparecen noticias relacionadas con cosas que se han dicho en Twitter. ¿A usted esto qué le parece?
Es diferente que se hable de reacciones de la opinión pública en Twitter ante cualquier acontecimiento que construir noticias o teletipos en los medios con base en tuits personales. Esto último es algo que considero totalmente incorrecto desde el punto de vista de la deontología profesional. Me he enfadado mucho en ocasiones cuando han sacado teletipos atribuyéndome declaraciones sobre un tema sobre el que yo había hablado en Twitter. Twitter es diálogo, no un lugar donde yo haga declaraciones. He vivido situaciones incómodas porque algunas veces se ha tergiversado el sentido de algunas cosas que he escrito y, encima, se las ha sacado de contexto.

¿Se refiere a la polémica que se levantó en torno a lo que escribió sobre el discurso de Navidad del Rey?
Es uno de los casos. Estuve escribiendo sobre el discurso y un medio de comunicación publicó que yo era republicano. En ningún momento dije eso. Y además, dijera lo que dijera, eso forma parte de un diálogo, de una conversación en la que intervienen distintas personas. Es un punto de vista mío en un momento concreto y no una historia con el contexto necesario. Este caso me pareció ingrato desde el punto de vista de la deontología periodística.

Fotos: J. Velilla

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